Fernando Alonso lo explica siempre muy bien: es fundamental, sobre todo en determinados circuitos muy difíciles, lograr una buena posición en la parrilla de salida. Y si es la pole, mejor.

Sin embargo, y como también explica muy bien nuestro piloto de Fórmula 1, no basta con una buena posición de salida; luego, en la carrera, hay que conducir muy bien, hay que tener sentido común, hay que combinar adecuadamente osadía, atrevimiento y prudencia. Y, sobre todo, hay que tener buena técnica, hay que conocer el coche y no hay que cometer errores.

Hoy se han publicado las conclusiones del Observatorio Económico de Cantabria del BBVA, una entidad de indudable prestigio y solvencia, sobre la situación económica y financiera de nuestra región. Y las conclusiones han sido muy clarificadoras y se resumen en una frase: Cantabria tiene una posición relativa mejor para afrontar la salida de la crisis dentro del conjunto de las Comunidades Autónomas españolas.

En concreto, y detallando más su afirmación inicial, Cantabria se encuentra en una situación relativamente privilegiada porque tiene un menor nivel de deuda pública, porque sufre una menor tasa de desempleo, porque tiene un menor desequilibrio entre la demanda y la oferta del sector inmobiliario y porque tiene un menor apalancamiento financiero. Es decir, no estaremos en la pole, pero sí en un puesto privilegiado de salida. Segunda línea, como mucho.

Esta conclusión, de una firma tan reconocida como el servicio de estudios del BBVA,  demuestra una vez más de manera rigurosa y determinante que es absolutamente falso el mensaje del Gobierno actual y especialmente del Presidente, cuando repite continuamente que Cantabria se encuentra en peor situación que otras Comunidades Autónomas, por culpa del Gobierno anterior. De nuevo se demuestra lo contrario, que Cantabria está en “mejor situación”, con menos deuda, menos paro, menos apalancamiento financiero y menos problema derivado del sector inmobiliario.

Es más, la situación sigue siendo mejor a pesar de que durante los quince meses del Gobierno Diego, el nivel de deuda pública y el desempleo han aumentado más que en el resto de España y el apalancamiento financiero se ha incrementado de manera sensible. Por eso el futuro, que se podía suponer favorable con ese punto de partida, sin embargo, por el camino que lleva este Gobierno, resulta de muy dudoso pronóstico y más bien pesimista.

Y es que, como decía al principio, tener la pole no supone ganar la carrera. En ella hay que demostrar capacidad, conocimientos, prudencia, atrevimiento, buena estrategia y buena técnica. Y nos tememos que el Presidente de Cantabria, que viene a ser el piloto que ahora conduce  el bólido de nuestro gobierno, recuerda más a Rompetechos que a Fernando Alonso; y el equipo del pit lane, que debiera garantizar la fiabilidad de la estrategia, está más cerca de Pepe Gotera y Otilio que de los mecánicos de Ferrari.

Los resultados están a la vista, desgraciadamente. No sólo, como decía un poco más arriba, porque los datos macroeconómicos (paro, deuda publica, deuda bancaria, etc.) se perjudican de manera significativa un día sí y otro también, sino porque ninguno de los parámetros que sirven para valorar la influencia del Gobierno evoluciona de manera positiva; ni la actividad económica en general, ni ninguno de los sectores en particular, siendo de destacar cómo el turismo, la industria o la investigación y la innovación, por poner solo unos ejemplos, se deterioran muy seriamente, de manera absoluta y, sobre todo, en comparación con las regiones de nuestro entorno.

Lo más indignante de esta evolución es que, a pesar de estudios como el que hoy ha presentado el BBVA, el Gobierno sigue intentando justificar su extraordinaria ineficacia en la herencia recibida. Hay que repetir una y otra vez la desvergüenza de esta afirmación tan falsa y manipulada, aunque solo sea para conseguir que, de una vez, el Gobierno de Cantabria deje de mirar continuamente por el retrovisor y se preocupe de conducir; deje de quejarse de la pista y procure llevar el coche de acuerdo con el estado en que se encuentra; deje de echar la culpa a quien le entregó el vehículo y comience a preocuparse por tenerlo a punto y llevarlo con garantía hasta la meta.

No parece que el Gobierno por sí solo, o su Presidente, vayan a dejar voluntariamente esta postura lacrimosa en que se han instalado; por eso es muy importante que los ciudadanos les recordemos continuamente que llegaron al Gobierno de Cantabria en una posición comparativamente mejor que otras Comunidades Autónomas y, sobre todo, que han sido elegidos para gobernar, para gestionar, para solucionar problemas, no para convertirse, como gafes vocacionales, en cronistas de una muerte anunciada solamente por ellos mismos.

Cuando el circuito es difícil y la pista está mojada, como ahora, es cuando se distingue perfectamente al buen piloto del dominguero; o, lo que es lo mismo, es cuando se diferencia sin dificultad al buen gobernante del demagogo o del inútil. Y es bueno recordarlo para valorar con conocimiento de causa el análisis de la carrera que hace cada uno, para que los malos resultados no se achaquen a influencia de terceros y la ineficacia no se justifique en la fatalidad, en el destino. En fin, para que se asuma la propia cuota de responsabilidad, que es la única manera en que es posible valorar lo necesaria que es una rectificación.

Y tomar decisiones. Incluso abandonar el equipo y dejar el vehículo a alguien más experto, que en algunos casos es una salida digna, para no hacer daño en una maniobra imprudente al resto de pilotos o a los espectadores.

Por cierto no seria tan malo Revilla cuando otras comunidades con mucha mas industria, turismo etc en especial las gobernadas por el pp tenian mas paro y mas deuda y tuvieron que ser rescatadas de las primeras.