«Jamás se ha planteado nada de eso de dejar de jugar ni dejar de cumplir con nuestras obligaciones», aseguró Pedro Munitis. No habrá plante. No habrá incomparecencia mañana en El Sardinero ante el Athletic. Ninguna de estas dos posibilidades se contemplan en el comunicado que hoy hará público la plantilla del Racing como medida de presión para que les abonen los impagos y les garanticen el cobro de sus fichas. Pero su opción, a la larga, puede ser más peligrosa. Los futbolistas anunciarán hoy su intención firme de denunciar al club por incumplimiento de contrato si no se les paga el 30 de junio. Todos ellos y de forma unánime. La denuncia es el único instrumento que tienen para que la entidad perciba el riesgo que asume si no cumple con sus compromisos.
Los futbolistas, como contó ayer El Diario, se reunieron ayer, poco antes del entrenamiento y decidieron juntos un plan de medidas. Fue el capitán santanderino quién, al terminar la sesión en La Albericia, compareció ante los medios para anunciar que hoy habrá noticias. Por la tarde, los capitanes dieron forma a todas las reivindicaciones en un comunicado que harán público hoy. En ese plan figura como herramienta fundamental el derecho que les asiste de denunciar ante la Liga de Fútbol Profesional, a través de su sindicato, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), por los incumplimientos en los pagos de los contratos. La ley es tajante al respecto y todo club que se encuentre con deudas pendientes de pago y reconocidas mediante denuncia expresa de alguno de los futbolistas con fecha de 30 de junio, se enfrenta a un posible descenso administrativo si no es capaz de abonar las cantidades durante el mes de julio.
Hasta la fecha sólo han trascendido las deudas referentes a la temporada pasada (1,7 millones) en las que aparecen once damnificados, pero la situación es mucho más preocupante. La plantilla ha cobrado sus nóminas, pero duda que puedan cobrar sus fichas en la fecha prevista (unos doce millones). Además, el club es conocedor de la medida que hoy harán pública los futbolistas.
Los capitanes han mantenido varias reuniones con el presidente, Francisco Pernía (y también con Alí), en las que se trató de conseguir una solución. Los jugadores ya han manifestado de forma clara que esta vez no se aceptará el pagaré como forma de pago, fórmula que el club pretendía utilizar para ir saliendo al paso como en años anteriores. En el vestuario, era 'vox populi' que los documentos que recibieron los veteranos referentes a la anterior temporada no habían podido ser cobrados por falta de fondos. Esta situación puso nerviosa a la plantilla y el malestar fue aumentado hasta desembocar en la decisión que hoy se hará pública.
Los veteranos son los más perjudicados ya que el año pasado, sin ir más lejos, varios futbolistas -cuyo rendimiento e implicación dejó mucho que desear- cobraron sus deudas para no incurrir en denuncias mientras que ellos tuvieron que conformarse con la fórmula del pagaré a tres meses. Esa forma será inaceptable en esta ocasión. Los futbolistas ya no confían ni mucho menos en la situación del club y, por ello, -y tras ponerse en contacto con la AFE, que ya visitó Santander al conocer la caótica situación la plantilla- conocen ya los pasos a seguir. Ningún futbolista aceptará un pagaré y denunciarán si no cobran. Los jugadores que terminan contrato o que se encuentran cedidos tendrán que recibir el finiquito antes del 30 de junio y el resto, cobrar por su trabajo. El club quedará en una situación muy embarazosa. La coyuntura que vive el Racing no invita al optimismo. El vacío de poder existente es total y absoluto. Los dirigentes, Francisco Pernía, presidente, y Roberto Bedoya, director general, están a la espera de que sea 'Míster Alí' el que resuelva esta situación.
La actitud de club
Confían en que pague los atrasos del año pasado y, con ello, consiga un doble efecto. De un lado, ganar algo de la confianza que ha perdido y, de otro, dejar resuelta la famosa ampliación de capital. En cualquier caso, en la plantilla son conscientes de que la situación económica de la entidad y las deudas del pasado no son responsabilidad de Syed.
Al empresario indio le achacan las promesas incumplidas sobre los compromisos adquiridos y sus reiterados cambios de fecha. Pero los jugadores, según denuncian, llevan sin cobrar regularmente más de un año. La diferencia es que, en esta ocasión, no van a admitir esperas.