Tanto o más que el empate del Madrid en Lyon (1-1) ayer, primer encuentro que no pierden allí los blancos en cuatro eliminatorias de Champions, las radios, televisiones, webs y periódicos de todo el mundo se han hecho eco de la efusiva celebración de Florentino Pérez al marcar gol Benzema. Algo inusual en un hombre tan diplomático.
Todo el mundo está alabando que el presidente del Madrid abandonara por una vez sus rígidas y frías maneras para desmelenarse y celebrar un gol de sus hombres. Sin embargo, no me parece justo que se apruebe la actitud de Florentino cuando hace sólo unas semanas le llovieran críticas al nuevo propietario del Racing, el indio Ali Syed, por festejar un gol de su equipo contra el Sevilla, en el Sardinero.
A mí me parece bien que los presidentes celebren los goles de su equipo, pero dentro de unos límites. Creo que tanto Florentino como Syed los sobrepasaron. Los dos.