He visto que Puma está sacando muchas camisetas de la próxima temporada en los últimos días... Aún así me imagino que nosotros no entraremos entre los prioritarios no?

Si, es bien bonita. La venden en la tienda?

Si en Segunda éramos de catálogo, imagínate estando en la B...

Yo estoy por vender la camiseta de este año. Estoy tan traumatizado que no quiero saber nada de lo que represente esta temporada. Para mi la mas frustrante en décadas. Después de tanta ilusión descender de la.manera que lo vamos a hacer es para ir al psicólogo.

Diría que hasta pasar cerca del Sardinero me produce rechazo. No recuerdo de allí mas que decepciones y decepciones. Solo tengo en mente una alegría la del Villanovense en 5,años.

A mi lo que me jode es lo lamentables que hemos sido en casa. Tenía la esperanza de, salvando las distancias de las categorías y dando por hecho que no seríamos tan imbatibles, ser un equipo bastante fuerte en casa al que no ganara casi nadie. Y nos gana hasta el cuñao.

Daba por hecho que no se podían hacer los registros en casa de 2B, pero si que fuera una dinámica continuista para ser como la Ponferradina, por ejemplo. Incluso con menos me conformaba. Un equipo que en casa no hay quién le tosa. Lo vende carísimo. Como me gustaría un equipo de raza, estilo Osasuna también, que en su campo es temido y casi nadie espera llevarse los 3 puntos de visita.

Me ocurre parecido a tí. Todo lo que rodea al Racing y a su imagen, está rodeado de un halo de negatividad máxima. Otras entidades deportivas ante situaciones similares, han ideado cambios en suimagencorporativa. Pequeños cambios...buscando  regeneración y ruptura con anteriores situaciones de épocas funestas, como lo veriais?

El año que viene estando sen segunda B es fijo que continuemos con Puma?

Pues a no ser que rescindan... El contrato es hasta junio de 2021.

Supongo que en el caso de rescindir tendrían una fecha tope para no dejar en pelotas al equipo (nunca mejor dicho)

A mí me ocurre exactamente lo mismo, no quiero ninguna camiseta de este año, pero es que ni regalada eh.

Ha sido una temporada tan dura, y que, para más inri, ha coincidido con un 2020 terriblemente funesto, que cuando acabe (por suerte ya queda muy poco) me gustaría olvidarla por completo, lo necesitaré por salud mental.

Yo cuando paso por los aledaños del Sardinero siento mucha nostalgia, recordando al Racing que tantas alegrías me dio desde 1993 (año en que lo empecé a seguir con mis 8-9 añitos) hasta 2009, en la que ha sido, sin duda, la mejor época de la historia del club junto con la época de la pre-guerra civil, en la que estuvimos a punto de ser campeones de liga una vez y que, por edad, no pudimos vivir ninguno de nosotros.

Como dato curioso, el Espanyol, que va a descender a Segunda ahora, la última vez que sufrió un descenso fue hace 27 años cuando le ganamos nosotros en aquella eliminatoria de promoción con el gol de Michel Pineda en Sarriá y empatamos sin goles en un Sardinero lleno hasta la bandera. Al año siguiente ascendió de calle a Primera y coincidió con la segunda mejor temporada que hemos tenido en Primera desde la guerra civil (la mejor, obviamente, fue la 2007-2008 con Marcelino y la clasificación para la UEFA), la mítica 1993-1994 con Jabo Irureta, que quedamos octavos y que nos quedamos a pocos puntos de los puestos UEFA. El Espanyol, por cierto, es un club que me cae bastante bien, así que espero que en la 2020-2021 repita el ascenso a Primera de la 1993-1994, y que coincida con otra temporada feliz para nosotros, que esperemos acabe con el ascenso a Segunda.

Desgraciadamente, de ese Racing ya solo queda el recuerdo, porque a pesar de que el escudo, el nombre y la equipación se conserva, no existe ninguna similitud entre aquel Racing y el actual. Aquel Racing era el auténtico, el que navegaba por Primera con dignidad y presentando batalla a todos los rivales, el modesto pero, a su vez, gran equipo, y  que cuando bajaba, en Segunda era uno de los grandes que siempre aspiraba a recuperar el sitio en Primera rápidamente.

El de ahora es una banda de Segunda B que cuando sube a Segunda, es incapaz de mantenerse más de un año. Las comparaciones dejan claro que no hay color.

A veces incluso pienso que estoy mal de la cabeza por seguir siendo del Racing, pero ya tengo claro que es algo incurable y que arrastraré hasta el día en el que me llegue el turno de fallecer.

A pesar de todo, si Dios quiere, ahí seguiremos el año que viene empujando para volver otra vez a Segunda y ojalá que todos podamos celebrarlo a lo grande, y habiendo erradicado por completo a este diablo invisible que nos ha arruinado el 2020 y que nos está haciendo pasar por un auténtico infierno.

Si pudiera, yo volvería con Lotto o con Joma, a ver si adivináis por qué...

Estoy de acuerdo, pero no sé de qué forma se podría hacer exactamente.

Una página web nueva, un retoque en el escudo o en la equipación, cambios en el estadio... ?

Puestos a desear, a mí me gustaría ser un Real Madrid, ser un equipo temido en casa y fuera de casa, que gana los partidos hasta sin querer y en el que las alegrías están a la orden del día.

Ya sé que, por muchos motivos, eso es imposible, desgraciadamente.

Pensando en un contexto más realista y más alcanzable, me gustaría ser un equipo tipo Real Sociedad, con una estructura deportiva amplia y competente, con un proyecto en el que la cantera es sagrada y en el que todo el mundo rema en la misma dirección, con refuerzos de fuera que te dan un salto de calidad y con unas infraestructuras acordes al siglo XXI, en las que se trabaje con la mayor comodidad posible.

Si aquel proyecto de Quique Setién y Preciado, que se inició con el ascenso a Primera de 2002 no se hubiese truncado por culpa de la irrupción de Piterman, hoy en día, a lo mejor, hubiésemos tenido algo, sino igual, si con un cierto parecido a lo que tiene hoy día la Real, es la sensación que me queda, pero que ya nunca se podrá saber si es cierta o equivocada.

Me refería a aspectos como cuando el Villarreal pasó a jugar con toda la indumentaria de color amarillo, o el Sevilla recuperó las medias negras de antaño en su uniforme. pequeñas cosas que ayuden a regenerar o revitalizar una percepción colectiva ya muy castigada.