(ya sé q lo suelo escribir con jota)
Para los inmigrantes, Cantabria ha dejado de ser una'tierra prometida'. La crisis ha restado atractivo a la región y lodemuestran los datos del Instituto Cántabro de Estadística (Icane) de2009. Cantabria registró durante este año un 57% menos de inmigrantes(tanto de españoles como de extranjeros) respecto a 2008, aunque seincrementó la población en general.
Esta tendencia a la baja se produce desde el año 2000,según el consejero de Economía, Ángel Agudo, y el director del Icane,Juan Manuel Rodríguez Poo. Éste último destacó el «frenazo» producidoen la llegada de población de fuera de la región. «La crisis estámandando una señal de que ésta no es una tierra tan rica y atrayentecomo hace unos años», apuntó Rodríguez Poo.
Aunque el saldo migratorio es positivo en 2.822 personas(han entrado más personas de las que han dejado alguna localidad de laregión), el responsable del Icane advirtió de que «la fiesta de losflujos del año 2000 se acabó. Se está produciendo una reducción muyfuerte en el número de inmigrantes que llegan a Cantabria». Ladiferencia con 2008 es de 3.749 personas menos.
Pero Rodríguez Poo aviso de que el descenso en el númerode extranjeros (un 34,7% menos respecto al año pasado) hay queanalizarlo «con cuidado», ya que la base del documento 'Las variacionesresidenciales de Cantabria 2009' que presentaron ayer, son los padronesmunicipales. Recordó que desde que entró en vigor la nueva Ley deExtranjería, en 2006, los inmigrantes tienen que demostrar«activamente» su domicilio. Antes, con presentar la documentaciónprecisa al inscribirse, bastaba».
Por ello «hay una gran cantidad de bajas por caducidad(por no renovar el padrón), que alcanzan al 50% del total, pero eso nosignifica que se hayan ido de Cantabria, sino que no se sabe dónderesiden».
Los ciudadanos que llegaron en 2009 de otras autonomíassuperan aún a las procedentes de otros países, sobre todo de la UniónEuropea (8.422 respecto a 4.612). Sin embargo, por nacionalidades, laespañola es mucho menor que la extranjera.
Las comunidades de las que se nutre Cantabria son,principalmente, el País Vasco (el 29,6%), Castilla y León (el 13,3%) yMadrid (el 13%).
Otros países
En cuanto a los que vienen de otros países, Agudo yRodríguez Poo resaltaron que, por primera vez, se da la circunstanciaque de los que tienen nacionalidad española, un número relevante son desegunda generación, es decir, que han nacido fuera (sobre todo enMéxico, Venezuela, Argentina y Cuba) pero que vienen a Cantabria avivir. Es lo que Agudo llamó 'migración de retorno transgerenacional'.
En 2009, por otro lado, los movimientos migratoriosdentro de la comunidad autónoma fueron 15.187, sólo 367 más que en elaño 2008 y, de las dos áreas demográficas en las que se ha divididoCantabria para este informe, sólo dos zonas de los valles interiorestienen más altas que bajas de población: el Valle de Saja y Alto Asón.
En el litoral, las zonas en las que las diferenciasentre las llegadas y los abandonos de las localidades es mayor son elárea de influencia de Santander y su arco metropolitano.
Los cántabros que se fueron el año pasado de la región(2.822) mayoritariamente lo hacen para residir en el extranjero(2.298), principalmente en la Unión Europea. Bastante menos fueron losque se trasladaron a otra comunidad autónoma (sólo 524).
El principal destino de los ciudadanos cántabros en elresto de España es el País Vasco (el 27%), seguido de Madrid (15,9%) yCastilla y León (el 11,2%).
El perfil de la persona que deja la región es similar alque llega. La mayoría tienen una edad comprendida entre los 25 y los 39años, siendo más los movimientos de los de 30 a 34 años.
Agudo, haciendo referencia a los datos de inmigrantesextranjeros, recordó que el crecimiento demográfico de Cantabria y deEspaña entera se debe a la inmigración extranjera. Por ello, consideróque el debate que ha surgido en Cataluña a raíz de las elecciones delpróximo fin de semana «tiene tintes preocupantes».
Sin los extranjeros «no habría crecimiento económico nisocial». Su aportación «tiene un valor extraordinario», que garantizala continuidad «de las políticas básicas del bienestar social».
Por estas razones consideró que el debate «de ciertopartido político (en referencia al PP catalán) no sólo es demagógico eirresponsable, sino muy peligroso».
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