Larueda de prensa de Portugal fue tan surrealista como el partido. Todoempezó con el tema 'I will survive' (Sobreviviré) sonando en suteléfono móvil. ¿Intencionado o no? Lo cierto es que antes la sintoníade su teléfono era de Amaral. «Que el sol salga todos los días»,respondió a la primera pregunta. Le pidieron que dijera qué le quedabapor ver en Santander después de lo vivido ayer. El técnico miró paraotro lado. La segunda fue dirigida a la cantidad de ocasiones falladaspor su equipo. «Ya era hora de una pregunta digna», fue su respuesta.«Nosotros hemos creado ocasiones y, al final, no las hemosmaterializado. Esto es así». El entrenador resumió lo visto en ElSardinero con un análisis muy sencillo. Pero estaba tenso. Muy tenso.
Hasta ahí, tirantez, pero no más de la que seesperaba. Fue entonces cuando un compañero de Gijón tomó el mando. Lepreguntó sobre qué le pareció la actitud de la grada pidiendo sudimisión y que la afición del Sporting solicitase la continuidad dePreciado. «¿A usted qué le parece?», contestó Portugal, a lo que elperiodista replicó: «surrealista». «Pues ya está dicho, ha sido unapersona de fuera la que lo ha dicho», fue lo siguiente. «¿Qué puedepensar un profesional?»... Fue una conversación con el micrófonoencendido y con la cara de resignación en el entrenador y de extrañezaen la del asturiano.
A partir de aquí, la rueda de prensadiscurrió por los derroteros normales. «No hemos sabido matar elpartido. Hemos tenido cuatro contras claras y no las hemos marcado. Nosestá pasando muchas veces y hay que corregirlo. En la primera partehemos dado vida al rival y eso lo hemos acusado en la segunda mitad»,afirmó el técnico del Racing.
Un paso atrás
El Sporting deGijón fue mejor y terminó achuchando a los cántabros. Portugal tenía suexplicación. «No es que nosotros nos hayamos metido atrás, es que elrival te aprieta, te empuja, es normal jugándose lo que se juega.Nosotros teníamos el partido dónde queríamos ya que esa era laintención, replegarnos y buscar las contras con el rival volcado, y lohemos conseguido, pero no las hemos materializado».
El entrenador burgalés añadió que no leparece «ilógico» que el equipo acabará empatando. «El Sporting hasalido lanzado en la segunda mitad. Ha tenido sus ocasiones peronosotros tuvimos oportunidades para matar el partido y no hemossabido». Su rostro denotaba la incomprensión a tanta ocasión fallada.«Hay que tener paciencia y seguir trabajando», argumentó en un intentode no desviarse del discurso correcto. Sin embargo, a la preguntapersonal sobre el capítulo de 'unos contra uno' errados por Rosenbergse permitió la licencia de corregir al periodista: «no son once, sonquince».