Corría el año mil novecientos noventa y...joer...¡¡no recuerdo que año era exactamente!! y ya bien entrado agosto el Racing no había fichado gran cosa. El caso es que estaba yo en la playa con unos amigos ...y con otros no tan amigos, esperando que se fuese gente y que bajase la marea para intentar jugar un partido de 6 para 6. Yo no conocía a todos pero todos hablabamos de fútbol. Ese año había jugado Víctor muchos partidos en el Real Madrid. El caso es que yo -que poseía cierta información por un pariente madrileño vinculado al Real Madrid y ya fallecido- introduje como futuribles, dado que el Racing no tenía muchos jugadores de banda, a Víctor y a Amavisca. Se encontraban entre los presentes dos primos vinculados -detalle que yo desconocía- a los Díaz (uno de ellos Santi Díaz Zavala). Debí pegar en el clavo, porque el Racing trajo a finales de agosto a Víctor y en diciembre a Amavisca. Esa tarde -y en ese mismo grupo que esperaba para jugar un partido playero- se me ocurrió defender la calidad de José Ceballos o la profesionalidad de Esteban Torre, quienes se habían negado a ir traspasados el primero al Atlético y el segundo al Betis y al Olympic de Marsella, creo recordar. Como guinda, recuerdo que también afirmé que el centro de ocio -del que se empezaba a hablar- me parecia una vergüenza. Ni que decir tiene que no jugué ese partido playero...hube de irme de la playa -con alguno de los presentes- entre insultos, amenazas, insinuaciones (infundadas, por cierto) de que me filtraba información Claudio Acebo, y sin entender qué era lo que yo había hecho o dicho mal. ...todo ello -palabra- sin saber, como supe después, de que ambos primos, llevaban sangre de Díaz por sus venas.

¿Por qué no fichar de nuevo también a Amavisca?¿Y a Esteban Torre?

Que pelos!!!