Marcelino García Toral dio el sí al Racing. El técnico asturiano dejó anoche resuelta su incorporación al club verdiblanco. Todo empezó con una reunión en San Vicente de la Barquera. Francisco Pernía y Marcelino comieron juntos tras recibir este último la llamada del presidente por la mañana, con Portugal destituido, ya que ambas partes han respetado los tiempos. La operación se firmará hoy y, probablemente, a lo largo del día se le presentará como nuevo entrenador del Racing. Pernía le comunicó ayer en la villa marinera los intereses de la entidad: el deseo de contratarle por lo que resta de temporada y dos campañas más. El entrenador asturiano escucho la oferta, pese a que él, en un principio, sólo quería firmar por lo que resta de temporada. Todo indica que el acuerdo se cerrará por éste año y uno más. Después, se marchó para su casa de Gijón. En el encuentro no hubo más intermediarios salvo el representante del asturiano, Eugenio Botas.
El que no estuvo fue Alí, que a esas horas se encontraba en Santander preparando su reunión de por la tarde con el alcalde de la capital, Íñigo de la Serna. San Vicente de la Barquera fue testigo de la primera toma de contacto entre Pernía y Marcelino desde que el asturiano de Careñes abandonara el club, allá por mayo de 2008. Hasta ayer, el Racing nunca llamó al técnico, ni siquiera cuando buscó entrenador para sustituir a Juan Carlos Mandiá ni, por supuesto, este año cuando Portugal estuvo en el 'alambre' al principio de campaña.
Cita con su cuerpo técnico
Marcelino, fiel a su forma de proceder, se reunió ayer con sus ayudantes, Rubén Uría e Ismael Fernández. Ambos son y serán su cuerpo técnico. Lo fueron en Santander en su histórica campaña, antes lo fueron en Huelva y después en Zaragoza. Con ellos habló del aspecto puramente deportivo. Las posibilidades de cuajar una temporada digna y las pretensiones de continuidad que el Racing le acababa de ofrecer. Juntos, uno a uno, fueron elaborando un informe de los jugadores con los que cuenta el equipo. A Marcelino le gusta el Racing, le ha visto ocasionalmente y sabe que tiene jugadores interesantes. Algunos los conoce personalmente: Munitis, Colsa, Toño, Pinillos, Serrano...
Los tres tomaron la decisión. En ese momento, la negociación pasó a manos del representante, algo significativo teniendo en cuenta los mínimos riesgos y el nivel de autoexigencia que se impone en cada una de sus decisiones Marcelino. Esos siempre han sido los escollos más duros para aceptar la propuesta. Será Eugenio Botas el que negocie personalmente el dinero.
Ayer, a última hora del día, Botas y Pernía volvieron a verse las caras para cerrar el último apartado de su incorporación. Ambos, compañeros de trabajo en otros tiempos, tendrán que madrugar en la jornada de hoy después de haber conseguido ayer un principio de acuerdo una vez superado el único apartado que podía mandar al traste la negociación: el sí de Marcelino.
La operación no le saldrá barata al Racing. Ahora bien, la salida del asturiano en 2008, según un nutrido sector de la afición, se debió, exclusivamente, a razones económicas, por lo que esta vez Marcelino no quiere que ese sea el impedimento para su regreso. Le preocupa que le acusen de 'pesetero'.
La primera opción siempre
El Racing apuesta fuerte y a una carta en busca de su particular golpe de efecto. Se la jugaron con Zigic en el mercado de fichajes, y no salió, y ahora se la han jugado con el inquilino en el banquillo. Tanto por la necesidad de anotarse un tanto por parte de 'Míster Alí', como porque Pernía sabía que trayendo a Marcelino recuperaría el apego popular y contentaría a los jugadores, además de incorporar a un entrenador válido. Todos estos han sido argumentos sólidos para que, a estas alturas de negociación, no se haya hablado con ningún otro entrenador, pese a los numerosos ofrecimientos por parte de representantes. A Marcelino la seriedad y la insistencia con la que el Racing le llamó ayer le animó a aceptar el reto.
El asturiano vuelve con el listón muy alto. Su nombre es sinónimo de buenos recuerdos y su regreso es la anhelada reivindicación de la afición racinguista. Su deseo de progresar ante la posibilidad de no poder mejorar lo hecho en Santander fueron las causas fundamentales esgrimidas para abandonar en 2008 el club que le ofrecía un talón en blanco. Ayer aceptó la oferta que su madre y sus compañeros no podían creer que rechazara aquel mayo de 2008. Hoy sí firmará.