Muñiz ya tiene vía libre. Y el Málaga, también. El entrenador asturiano y el Racing llegaron a un entendimiento a primera hora de la noche de ayer en el contacto que mantuvieron el agente del primero, Joseba Díaz, y el presidente del club cántabro, Francisco Pernía. De este modo, a mediados de la próxima semana se producirá una imagen idéntica a la que ilustra esta información, sólo que con gestos de bienvenida en vez de despedida.
Al fin hubo fumata blanca. Muñiz volverá a casa. No hará más que convertir sus vacaciones en Málaga en sesiones de trabajo en La Rosaleda, sólo que a costa de su mujer y sus dos niñas. Fuentes cercanas al técnico recalcaron anoche que no había tensado la cuerda en la negociación con el Racing, consciente de que en el club cántabro tienen que comenzar a dar pasos en la planificación.
El primer contacto entre las partes, el jueves, puso de manifiesto las evidentes diferencias para negociar la rescisión del contrato. Muñiz y su agente fueron inflexibles en algunas cuestiones. Fue ayer, en el segundo intento, cuando todo quedó resuelto. El asturiano también veía ilógico prolongar la situación cuando lo más conveniente para todos era solventarla de inmediato.
Satisfacción
En el Málaga la noticia fue acogida con satisfacción. Como adelantó el pasado domingo este periódico, los dirigentes del club calculaban que todo quedaría solucionado antes de este fin de semana. Los pronósticos se cumplieron pese a que Pernía dejaba entrever que los contactos iban a posponerse a la próxima semana. La presión del entorno volvió a poder con él.
En el Málaga reinaba la tranquilidad porque existía la convicción de que tarde o temprano Muñiz se desvincularía del Racing. Curiosamente, esta situación se produce casi un año después de su marcha del club de La Rosaleda, una decisión irrevocable adoptada en un arranque de coraje tras escuchar pitos de la afición cuando el equipo perdió con el Hércules y, aun así, llevaba toda la temporada en puestos de ascenso.
Muñiz dejó muy buenos amigos dentro y fuera del club. El primero de ellos es Fernando Sanz, con el que llegó a tener una enorme complicidad que se ha reforzado durante la temporada en las diferentes conversaciones entre ambos, con confidencias sobre cuestiones incluso personales.
Confianza
Esa magnífica relación entre ambos es la base sobre la que se sustentará el próximo proyecto. Muñiz tiene con Sanz la confianza que nunca tuvo con Pernía para exponer su opinión sobre cuestiones deportivas y de planificación. Entre otras razones, por la peculiar forma de fichar del Racing, guiada por un representante externo.
La desvinculación de Muñiz se plasmará a comienzos de la próxima semana en los documentos correspondientes y será entonces cuando Fernando Sanz le pondrá sobre la mesa un contrato por dos temporadas. Esta vez sólo será el entrenador -no asumirá funciones de director deportivo, como en la etapa anterior-, pero nadie pone en duda que el asturiano, un estudioso del mercado con numerosos contactos, también será pieza clave en la planificación. Ahí trabajará en equipo con Ricardo Rodríguez, que fue su segundo, y Sandro. Y con su anterior grupo de colaboradores.