Dado que a alguno me ha pedido un posicionamiento personal ante algunas declaraciones que hoy se han producido, pero que no he podido oír en su totalidad, digo lo siguiente: 

Respeto todas las sensibilidades en la medida que espero que respeten la mía. Soy del Racing, sólo de ese equipo, de ninguno más. Si muere, mi adscripción a un equipo desaparecerá; por eso mi postura, al frente de las Peñas, es luchar hasta el final por nuestro equipo y buscar soluciones por si se produce un desenlace fatal. Y en ese mismo camino va la Junta Directiva que tengo el honor de presidir. Desde un principio hemos dicho lo que ocurre, hemos denunciado el inmovilismo y hemos plantado pie en pared. Aún así, hemos tragado mucho, en aras a buscar una cierta tranquilidad y un consenso de amplia base. Hemos soportado insultos, vetos y humillaciones; hemos aguantado insinuaciones hirientes y carentes de fundamento, intentos de soborno, amenazas y vejaciones; y hemos agotado todas las vías con el Gobierno, agente decisivo, que nos ha despreciado y ninguneado. 
Desde el principio trazamos una hoja de ruta, expuesta y aprobada en público, que estamos cumpliendo a rajatabla, a pesar de todo. En ningún momento hemos cambiado; había plan A, B, C y D. Se han ido agotando poco a poco en la medida que el Gobierno hacía caso omiso a nuestras recomendaciones, exclusivamente, por estrategia política.
La pieza angular de todos ellos era la Fundación, de ahí nuestra pesadez en ponerla en marcha. Se creó, pero algunos lo entendieron mal y nos pretendieron dejar al margen. Es lo que pasa cuando se cogen ideas ajenas y se copian sin pararse a reflexionar o, más bien, cuando se busca figurar. La Fundación no era sólo celebrar el Centenario, era el futuro, pero la quisieron capar para usarla en exclusiva y sólo para programar festejos. 
Con todo, se puso en marcha, pero la gran mayoría nos dejó al margen –siempre hay excepciones- por una falta de valentía y de visión de futuro absolutamente cateta – o quizás también por estrategia política-. La apoyamos, a pesar de todo. Era nuestra “hija”, la clave de todo, pero somos del Racing por lo que optamos por seguir ayudando.
La idea era que la Fundación recogiera las acciones de WGA y, a partir de ahí, llevar a cabo una operación estilo "Levante". Y si por el motivo que fuera, no saliese así, romper el acuerdo Racing-Gobierno y trasladarla la marca y las licencias federativas de las secciones inferiores, incluido el B, en virtud de la aplicación del contrato de 2006. Siempre como último recurso.
Jamás contemplábamos ni contemplamos la creación de un Club nuevo, como sí quiere este Gobierno. Pretendíamos plantear un conflicto a Pernía y los suyos, una dicotomía entre una sociedad creada en 1913 y refundada en 1991 y una marca creada en 1913. Ellos la sociedad -con todos sus derechos y obligaciones-, la Fundación la marca. Y además, junto a la titularidad del histórico nombre, la licencia del B y de toda la base.
Y planteado el conflicto, cerrar el círculo arrinconándoles, quitándoles el nombre Racing y usándole, con todo el derecho del mundo, a partir del filial. Ni clubes nuevos, ni refundaciones, ni nada parecido. Desde la realidad jurídica del Racing, quitarles el juguete, la adscripción, el apego y la representatividad y RECONSTRUIR el Racing que todos conocimos bajo los criterios que se aprobaron en asambleas públicas: un club reconocido y reconocible.
Eso es lo que hay y eso es lo que siempre hemos pretendido: reconquistar nuestro Club de fútbol, el de nuestros padres y abuelos, para dignificarle, regenerarle y dotarle de la estructura básica de gestión de los clubes modernos que creemos, hoy por hoy, se encuentra en el modelo 50+1 del fútbol alemán. En una palabra, resetear esta porquería. 
Copiar este plan sin creer en él y sin saber definir los conceptos es marear la perdiz y confundir a la gente. Pero dado que, según parece, ahora se pretenden subir al mismo los prohombres de Santander y eliminar de ahí a quienes le hemos parido, aquí le tienen, por escrito, para que le copien bien. El problema es que no vale con copiar, hay que sentir lo que se dice. Por eso, si no hay sinceridad, jamás podrá arraigar en la gente cualquier historia, por muy bonita que se pinte.
Y en caso de que nada de esto funcione, estaríamos ante la desaparición del Racing. A partir de ahí, todo lo que venga sería algo nuevo, y como todos comprenderéis, no sería de nuestra incumbencia.
Un saludo. Habéis conseguido quemarme. Habéis ganado.