Atropellaron a Víctor Jiménez con su todoterreno y huyeron sin prestarle auxilio. El ciclista abulense, de 20 años, que participaba en el Trofeo Santiago de Cos, murió el pasado 24 de julio en una curva del Alto Carmona mientras los culpables se escapaban a toda velocidad por pistas forestales para no ser vistos. Ahora, nueve días después de la última pedalada de Víctor, la Guardia Civil ha conseguido detener al conductor y a los otros dos ocupantes del coche.
El autor confeso del atropello es un vecino de Panes (Asturias), de 55 años, que responde a las iniciales M. A. S. R. B. Los agentes lo detuvieron el pasado lunes, a las 20.00 horas en su domicilio y, como él mismo confesó en el interrogatorio, el «coche pasó por encima del ciclista. Huí por miedo y nervios».
Está imputado como supuesto autor de un delito de omisión del deber de socorro. No tiene antecedentes y ya ha pasado a disposición judicial.
En el momento de los hechos, otros dos hombres -también asturianos- acompañaban a M.A.S.R.B., según informó éste a la Guardia Civil. Uno de ellos fue detenido el mismo lunes por un supuesto delito de encubrimiento y también ha pasado a disposición judicial, mientras que el otro fue arrestado ayer en Cimiano, una localidad cercana a Panes, según pudo saber este periódico.
El vehículo es un Nissan Terrano azul -no verde, como aseguraron los testigos el mismo día del atropello- que fue localizado por los agentes tras investigar cerca de veinte vehículos de las mismas características. El todoterreno apenas contaba con daños, ya que el ciclista fue golpeado en el casco con uno de los 'nervios' de metal que aguantan el parabrisas.
Veinte vehículos
La investigación se inició el mismo día del siniestro, después de que otro ciclista -que al igual que el fallecido había abandonado la carrera y circulaba por la CA-182 de Valle de Cabuérniga a Puentenansa- alertó de lo sucedido. Este corredor indicó que no había visto el atropello, pero sí un Nissan Terrano verde cercano al cuerpo de Víctor que aceleró cuando empezaron a llegar los otros ciclistas.
Con estos datos, los especialistas de Tráfico de la Guardia Civil empezaron a comprobar coches de estas características en las localidades próximas al accidente, principalmente en Cabuérniga, Ruente y Cabezón de la Sal, ya que suponían que el autor del atropello podía ser de un lugar cercano al de los hechos, ya que escapó por una pista forestal cercana para evitar un control de carretera instalado en Puentenansa.
En menos de una semana comprobaron cerca de veinte todoterrenos, pero sin llegar a ninguna prueba concluyente. Al mismo tiempo, tuvieron conocimiento de que vehículos de estas características también acuden al puerto de Brañosera, en Palencia, que es una zona de ganado a la que van con frecuencia los dueños de los animales que pastan allí.
Esta nueva línea de investigación les llevó a un coche de las mismas características, pero de color azul, cuyo dueño residía en la localidad asturiana de Panes. Tras la detención del propietario, el vehículo fue intervenido por la Guardia Civil para ser estudiado por el Servicio de Criminalística. Se pretende así conocer más detalles de lo ocurrido y determinar las circunstancias en las que se produjo el accidente.
Escena del suceso
En el escenario del atropello, los agentes encontraron tres salpicaduras de sangre distanciadas entre sí por varios centímetros. El análisis de la trayectoria deja entrever que fue el vehículo el que invadió el carril contrario, por el que el Víctor descendía el puerto.
El casco dio la segunda pista. Cuando un ciclista se golpea la cabeza contra el asfalto, la hendidura en el protector es circular, pero en este caso es transversal, producida por uno de los 'nervios' de metal que aguantan el parabrisas de los coches. Los investigadores también encontraron restos de goma -como la que reviste ese lateral del vehículo- que fueron enviados a analizar.
El cuerpo de Víctor no presentaba rasguños ni abrasaduras, por lo que se descarta que se cayera él solo de la bicicleta, aunque el informe forense sí informa de lesiones causadas por los neumáticos del vehículo. La causa de la muerte, según la versión oficial, fue un derrame cerebral producido por un fuerte golpe en la cabeza.
El delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, destacó la importancia de la operación llevada a cabo para detener al autor del atropello, ya que en su opinión denegar el deber de socorro es un hecho «muy grave» además de una «conducta deleznable» pero que no va a quedar «impune».
Tras recordar que hechos como éste causan «alarma» en la sociedad, Ibáñez agradeció la colaboración ciudadana, que ha sido «clave» para identificar y detener al supuesto responsable de los hechos. También elogió el «esfuerzo» y «profesionalidad» de los agentes de la Guardia Civil que ha permitido resolver el caso con «eficacia».
