Quiero tomar una cerveza y un pincho en pleno julio y durante la Semana Grande de Santiago. ¿Dónde mejor que en la calle y en una de las casetas repartidas por calles y plazas? El año pasado hubo 46 y fue un rotundo éxito de crítica y público. Así que el próximo julio habrá más. Llegarán hasta la sesenta y serán repartidas por las mismas plazas que el año pasado o en nuevas ubicaciones, siempre que lo permitan las acometidas del agua y la luz.
Entre las novedades para el próximo julio están que se instalarán aseos públicos y brigadas de limpieza a cargo de los propios hosteleros, será mejorada la seguridad y se velará porque todo tenga más calidad, desde los pinchos que se sirvan hasta las mesas y recipientes para la basura.
Tendrán prioridad para volver a instalarse los hosteleros que lo hicieron el año pasado, que apostaron por la denominada 'Feria de Día'. En julio pasado, cada hostelero pagó 1.500 euros por el alquiler de la caseta y otros gastos generados por la feria. Este año pagará más (por encima de los 2.000 euros) porque a su cargo irán también los aseos y la limpieza.
Fueron estos dos aspectos los que levantaron las grandes críticas hacia el Ayuntamiento por permitir una feria hostelera sin control. Este próximo julio no sucederán espectáculos semejantes a los vividos, con clientes orinando entre los coches o en los parques. O, en el mejor de los casos, bajando a los aseos de los aparcamientos subterráneos.
En la feria del pasado año fue mucho el consumo en las casetas y, por tanto, la recaudación. El día 19 de julio se consumieron 500 barriles de cerveza, a 30 litros el barril. En los diez días en que permanecieron abiertas las casetas se consumieron más de 3.000 barriles de cerveza.
El año pasado las casetas estuvieron instadas en la Alameda de Oviedo y en las plazas de Juan Carlos I, Ayuntamiento, Alfonso XIII, Pombo, Cuadro, Puertochico, en las inmediaciones del Rhin y en el Parque de Mesones.
