Nada más recibir el aviso de que dos jóvenes habían sido apuñalados, la ambulancia prevista para cubrir cualquier suceso durante las fiestas tuvo que abrirse paso entre las más de 2.000 personas que abarrotaban la zona de la playa con la ayuda de varios agentes de la Policía Local y la Guardia Civil. Un joven presentaba cinco heridas de arma blanca, había perdido mucha sangre y tenía el pulso muy débil por lo que fue trasladado en un vehículo del Servicio Vital Avanzado al hospital de Sierrallana donde, ante la gravedad de las heridas, tuvo que ser operado.
Fuentes consultadas revelaron que tras la rápida intervención de las fuerzas de seguridad y los médicos, este joven «volvió a nacer» ya que las heridas no habían afectado a los grandes troncos arteriales que atraviesan la cavidad abdominal. A última hora de ayer, este santanderino permanecía estable dentro de la gravedad en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) pero no se temía por su vida.
Mientras, la joven que también fue trasladada a Sierrallana se recuperaba de la herida que presentaba en el muslo izquierdo y a lo largo del día fue dada de alta.
Peleas y saltos al vacío
Pero la noche no terminó ahí para los nueve agentes de la Policía Local que patrullaban Comillas junto a la Guardia Civil. Mientras intentaban recabar datos del agresor que hirió a estos dos jóvenes, las peleas se sucedían por la localidad. Una mandíbula y una nariz rota fueron el resultado de otros incidentes que se registraron en una noche marcada por las intoxicaciones etílicas. Además una chica resultó herida después de lanzarse al vacío desde lo alto de un muro y otro se lamentaba ante la policía de haber hecho lo mismo y terminar con los dos tobillos fracturados.