Es que he visto esta historia y me he quedado así



http://www.20minutos.es/noticia/220776/0/violinista/metro/virtuoso/

Por lo que se ve es una especie de experimento del Washington Post .

La primera pregunta que se me ha venido a la cabeza es el titulo del topic, ¿cuantos factores hacen que gente como nosotros tenga delante de sus narices una interpretación de ese calibre y no la sepa apreciar o no le interese lo mas mínimo?

Desde la falta de tiempo, estres....etc o que igual ese dia te has levantado de malas.

Tambien se me ocurre que, ¿cuantos de los que habrian pasado por allí pasaron de él pensando que era otro músico de mala muerte más, simplemete por el hecho de tocar en el metro?

¿Que opinais?

Yo pienso que si en una pared hubiesen puesto un póster diciendo quién era, y sobre todo, si hubiesen puesto bien visible "actuación GRATUÍTA" se hubiese formado una aglomeración de cagarse...

Esta claro, si ponen a Bisbal no cabe un tío más en el metro, por el hecho de ser famoso, pero no por su calidad.

Yo creo que se debe al desconocimiento del instrumento y de las piezas clásicas, si en lugar de un violinista hubieran puesto a un gran cantante interpretando canciones conocidas la gente se hubiera parado más, ya que la voz es un "instrumento" que todo el mundo ha usado o usa frecuentemente y sabe reconocer cuando un cantante se sale, de ahí el gran éxito popular de los solistas (cantantes). También influye el lugar, en el metro todo el mundo va propulsado por su reloj y pensando en sus cosas, quizás en una zona de recreo como un parque o un paseo la experiencia hubiera resultado bien distinta.

Hablar de esto es como hablar del sexo de los angeles,no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Si hubiese pasado alguien que le hubiese conocido hubiese flipado,pero la realidad es que a estos artistas no los conoce ni el tato a nivel general y de salir en medios,para contrastarlo no hacia falta poner ni a David Bisbal,con haber puesto a Cañita Brava ya se hubiese formado una buena,es triste o no,pero es lo que hay.
O caldo de Maria sabe mal.