#1• «Hija, cuida de mamá, que papá ahora no puede» Jesús Martínez Cuetos, el camionero cántabro encarcelado en Gales, admite en la última carta a su familia que no tiene «ninguna esperanza» Jesús Martínez Cuetos, el camionero santanderino recluido en una prisión de Gales a la espera de ser juzgado por un presunto delito de conducción temeraria con resultado de muerte -en un accidente ocurrido hace ahora siete años- ha confesado a su familia que no tiene «ninguna esperanza» de que las puertas del presidio se abran para él a corto plazo en una carta escrita a la desesperada en la que ha pedido a sus hermanas que vendan su coche y su frigorífico para que su mujer y su hija puedan salir adelante. El transportista, que redactó la carta el día 24 de marzo, dos días después de haber mantenido la última conversación telefónica con su familia gracias al dinero que le dio su compañero de celda, dice que se siente desconcertado: «No sé cómo va a acabar esto, pero ya no tengo ninguna esperanza». Y preocupado. Más por la situación en la que quedan su esposa (María Jesús) y su hija (Valeria) que por la suya propia. Sin dinero para comprarse una tarjeta de teléfono, una cajetilla de tabaco o un café que le quite el mal gusto de la comida que allí se sirve, Jesús no se anda con rodeos a la hora de dar instrucciones: «Vended el coche y el frigorífico -dice refiriéndose a la caja del camión- que con eso tendréis para pagar algunas cosas. Y pedid ayuda a los que me mandaron aquí. Decidles que os den comida y casa para mi mujer y mi hija». El camionero, de 51 años, también se dirige en su misiva a su hija, Valeria, a la que llama cariñosamente 'petruca': «Cuida de mamá, que papá ahora no puede». Y a su esposa, María Jesús, una mujer de origen brasileño con dificultades para entender el castellano a la que recuerda lo mucho que la quiere y a la que pide fortaleza para afrontar el futuro en su ausencia. Dificultad del idioma A su ya de por sí delicada situación, Jesús debe sumar en Gales una dificultad añadida: el idioma. Su nulo conocimiento del inglés le está creando problemas. Fuera del presidio, el transportista tiene serias dificultades para entenderse con Paul Inss -Hanratty&Co.- el abogado de oficio que le ha sido asignado y que, según ha podido saber este periódico a través del gabinete jurídico de la compañía en Londres estaría intentando retrasar la vista preliminar que se ha fijado para el próximo día 8 de abril para ganar tiempo en busca de nuevas pruebas testificales. Y dentro del presidio, a Jesús se le está haciendo costoso relacionarse con otros reclusos, aunque, cuenta en su última carta, «me han cambiado de compañero. Ya no estoy con el inglés del que os hablé. Ahora estoy con un rumano con el que me entiendo en italiano». Eso y las clases de inglés e informática a las que se ha apuntado, le están haciendo más llevadera una situación a la que él llama «pesadilla». Jesús Martínez Cuetos es el preso número GE 9888 del 'Ala F' de la HM Prison de Swansea, un presidio construido en 1861, de categoría B y con capacidad para 366 reclusos que ocupan su tiempo en las manualidades, la cocina y la agricultura. También en los idiomas y la informática. «Estoy dando clases de inglés y de ordenador», actividades en las que se concentra «para no pensar», aunque reconoce que «ya me estoy haciendo a la idea de que voy a estar mucho tiempo» tras los muros de Swansea. Jesús pasa en su celda más tiempo «del que quisiera» ajeno al enorme interés que su caso ha despertado aquí, en España, y allí, en Gales. Creyéndose solo, el transportista desconoce todavía los esfuerzos que instituciones públicas y privadas, e incluso ciudadanos particulares, están realizando por intentar sacarle cuanto antes de Swansea. El primero en mover ficha ha sido el propio delegado del Gobierno en Cantabria. En permanente contacto con la familia del recluso, Agustín Ibáñez ha pedido al cónsul general de España en Londres, Jesús Ezquerra, que se interese por el preso y acuda a visitarle en cuanto le sea posible, y a la subdirectora de Protección de Españoles en el Extranjero, Soledad Fuentes, que garantice los derechos del transportista en tanto éste permanezca en Gales. Y detrás han llegado los apoyos de la Federación de Comunicación y Transporte de CC.OO.: «Hacemos lo posible por ayudar a Jesús, que se encuentra indefenso y en condiciones muy precarias», dice el secretario general de la Federación, Juan Antonio Solla. No son los únicos. Transportistas cántabros, navarros, vascos y franceses se han interesado en los últimos días por la situación de su compañero, que creyéndose solo en su celda, tampoco debe saber que incluso una cántabra residente en Gales ha contactado con este periódico dispuesta a poner al colectivo de transportistas galeses al servicio de Jesús y a emprender un largo camino de cinco horas de coche para hacerle una visita «y prestarle dinero si es preciso». La Federación de Comunicación y Transporte de CC OO de Cantabria está prestando su apoyo al camionero cántabro encarcelado en Gales a la espera del juicio por un accidente mortal ocurrido hace siete años. Según explicó el secretario general de la Federación, Juan Antonio Solla, el sindicato está haciendo «todo lo posible» para ayudar a Jesús Martínez Cuetos, que se encuentra «indefenso» y «en condiciones muy precarias». En declaraciones a Europa Press, Solla elogió el comportamiento que el delegado del Gobierno, Agustín Ibáñez, que, según aseguró, «está siendo más que muy bueno». En este sentido, remachó que, como resultado de las gestiones de Ibáñez, «ya ha habido un contacto con el cónsul para que vaya a visitar a Jesús». Por tanto, enfatizó que el delegado del Gobierno, tras recabar toda la información del caso, está «siguiendo el caso» y manteniendo «un comportamiento ejemplar». En cualquier caso, Solla opinó que «a partir de este momento ya son las propias autoridades las que tendrán que moverse» y «el propio cónsul tendrá que tomar cartas en el asunto» para que el juicio «quede sobreseído». En cualquier caso, opinó que «del mismo modo» que el Consejo de Ministros autorizó su extradición «deberían haber puesto a su disposición todo lo que necesita». Enfatizó que el caso de Jesús Martínez Cuetos «podía haberle sucedido a cualquiera». Familiares de un camionero santanderino extraditado a Gales por un atropello piden el apoyo de las instituciones Lamentan el "desamparo" que está sufriendo Jesús Martínez Cuetos, que permanece en prisión a la espera de juicio, previsto para el día 8 Los familiares de un camionero santanderino que ha sido extraditado a Gales acusado de un delito de conducción temeraria con resultado de muerte en un accidente ocurrido hace siete años, pidieron hoy el apoyo de las instituciones y la ciudadanía españolas para resolver la situación de este hombre, que se halla preso en una cárcel galesa a la espera del juicio, previsto para el día 8. En declaraciones a Europa Press, Luisa María, hermana del camionero Jesús Martínez Cuetos, explicó que éste fue detenido por la Interpol tras entregarse voluntariamente en comisaría en Santander el pasado 14 de febrero. Explicó que, antes de que se entregara, la Policía Judicial y la Interpol acudió al domicilio del camionero dos veces, ya que "él estaba de viaje, y ha estado viajando por toda Europa y no ha tenido absolutamente ningún problema de nada". Aseveró que su hermano ingresó el mismo día 14 en la Prisión Provincial de Santander, donde permaneció quince días antes de ser trasladado a otro centro en Valdemoro (Madrid), para finalmente ser extraditado. En relación con este asunto, Luisa María lamentó que, aunque "los agentes se portaron muy bien", en el momento de ser trasladado a Gales Jesús, "nosotros nos enteramos porque la Policía Judicial le dejó llamar desde el aeropuerto". Como consecuencia, realizó un llamamiento a los ministros, que "son los que han aprobado la extradición" en el Consejo, así como al presidente del Gobierno "en el que yo tenía mucha fe" al Rey y a todos los ciudadanos "sobre todo a los camioneros porque le puede pasar a cualquiera", remachó. Relató que en Gales ya se celebró un primer juicio contra su hermano, pero no en el pueblo en el que tuvieron lugar los hechos y "tras haber desaparecido papeles". Según contó Jesús, en esa vista "no se presentó nadie, ni la intérprete" y, además, pese a que no había testigos del accidente, "ahora parece que hay tres". Señaló que la acusación pide una pena de dos a cuatro años de cárcel pero ninguna indemnización económica. Apuntó que, aunque se argumenta que Jesús circulaba por la derecha en lugar de la izquierda, "eso no es verdad". "Por esa época mi hermano iba a Gales casi todas las semanas, no se entiende que pudiera hacer eso". LOS HECHOS De acuerdo con la versión de los familiares y del propio camionero, en el momento del suceso éste "sólo vio que algo se le echaba encima" y, después, comprobó que se trataba "de una furgoneta de Correos y que su ocupante había fallecido". Entonces, Jesús permaneció "hora y media con el cadáver" y "en ningún momento omitió el auxilio", según indicó Luisa María que añadió que "no hubo testigos" y que su hermano dio negativo en la prueba de la alcoholemia. Detalló que la empresa para la que su hermano trabajaba y con la que viajó a Gales "ha desaparecido" y "se ha deshecho" hasta el punto que "el señor propietario se ha marchado" y "no sabemos por qué o por qué no". Precisó que, del seguro que tenía el camión, según la propia aseguradora, "sólo quedan 3.000 euros para la defensa", cantidad "que no llega porque en Inglaterra los abogados son mucho más caros". Aclaró que, en el momento en que sucedieron los hechos, su hermano permaneció en Gales, donde prestó declaración, realizó todos los trámites "con toda normalidad" y "quedó libre". Sin embargo, criticó que "nadie recibió ninguna notificación" por la extradición hasta el momento en que las autoridades se personaron "para llevárselo". "Todos se han enterado cuando fue detenido mi hermano", apostilló. "Mi hermano trabajaba, estaba asegurado, circulaba con normalidad y todo el mundo le conocía", insistió Luisa María, quien recalcó que Jesús "iba por Europa, volvía y no pasaba nada". Criticó que a su hermano "le han tratado como el mayor delincuente de la historia" porque "si esto hubiera pasado a un camionero inglés yo creo que Inglaterra no hubiera concedido la extradición". FALTA DE APOYO Luisa María dejó claro que su hermano "no ha tenido atención de ningún tipo" y "nadie se ha preocupado" por su caso "ni en el Consulado, ni en ningún sitio". Añadió que, en Santander, "el único que se ha preocupado algo" ha sido el delegado del Gobierno, Agustín Ibáñez, quien se dirigió a la familia "para ver si se estaba recibiendo alguna ayuda y ahora está intentando sacarla". Respecto a los representantes del Gobierno de Cantabria, explicó que ella misma se ha puesto en contacto con el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, "y tras pedirme el teléfono, estoy esperando hasta hoy". Sin embargo, matizó que "no le echo la culpa a él, pues su secretaria me dijo que para estas cosas el señor Revilla no estaba". Al ser preguntada si se habían dirigido al Defensor del Pueblo, indicó que sí, pero que "lo único que han hecho es abrir una ficha con un número" y "ni nos han llamado ni se han preocupado más"."Hemos recurrido a todos los sitios, y lo primero que hay son muy buenas palabras y después ya nada". Por otra parte, Luisa María aseguró haber "echado en falta" un "mayor apoyo" por parte de los camioneros de la región ya que, según constató, hasta el momento actual y, al margen de algún caso concreto, principalmente "hemos tenido mucha ayuda de gente del País Vasco y Navarra". Subrayó que "si esto le hubiera pasado a otro camionero, aunque él no le hubiera conocido, seguro que (su hermano) habría sido el primero en hacer algo y en participar en todas las protestas". En cualquier caso, comentó que, aunque se plantean iniciar una recogida de firmas en favor de su hermano, están "a la espera" de que asociaciones de transportitas inicien este proceso, ya que así se lo ha comunicado alguna persona. "La familia, por supuesto, está dispuesta a ponerse aunque sea en el Ayuntamiento a coger firmas", sentenció Luisa María. SIN GANAS DE VIVIR Hizo hincapié en la mala situación anímica en la que se halla su hermano, que, según dijo, "cuando hablamos con él nos transmite mucha nostalgia hacia su familia", así como "mucho desamparo por parte del Gobierno español". "Cuando le hablas, él, el pobre, dice que le han destrozado la vida, que no sabe lo que va a hacer y que tiene 51 años". Luisa María remachó que, en ocasiones, su hermano, casado y padre de una niña de cuatro años, "llega a decir que no tiene ganas de vivir". Añadió que en Gales su hermano "está indefenso", no conoce el idioma y "no puede recurrir a nadie". "Sólo puede recurrir a la Embajada, y la Embajada ni siquiera ha ido a verle", enfatizó Luisa María, quien concluyó que "lo que ha pasado a Jesús le puede pasar a cualquiera". |
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