Pues basta meter su nombre en el google para saberlo...porque tiene paginas y paginas de errores arbitrales...

El “intratable” linier de la polémica

Empezó con un garrafal error, pero hoy tiene la última palabra en el campo. Detrás del linier amado/odiado hay un leonés de 41 años dedicado a los desfavorecidos, que se ha convertido en un icono de la publicidad. Su amenaza es tirar de la manta porque le “asquea lo que rodea al fútbol”: entre otras cosas, su exiguo sueldo.

A Rafa Guerrero le cambió la vida un micrófono de ambiente. Él era un sencillo juez de línea que comenzaba su carrera en el fútbol de élite español cuando el aparato en cuestión se cruzó en su camino. En 1996 no pasaba de ser un desconocido linier que acompañaba al colegiado Mejuto González. Cumplía su segunda temporada en Primera División tras un largo peregrinaje por todas las categorías nacionales. Aquella tarde le tocaba vigilar desde la banda un Zaragoza-Barcelona. Todo transcurría con normalidad hasta que vio, o creyó ver, una infracción en el área local. Se dio cuenta de que el árbitro obviaba el asunto, pero él no lo podía dejar pasar. “Yo, lo que veo, lo señalo. El reglamento está para cumplirlo”, repite como lema profesional. Levantó la bandera, llamó a Mejuto González y las cámaras que retransmitían el partido en directo les enfocaron. La conversación entre ambos pasaría a la historia del fútbol español gracias al oportuno micrófono de ambiente:

Rafa: “¡Penalti y expulsión!”.

Mejuto: “¡Rafa, no me jodas! ¡Me cago en mi madre!, ¿expulsión de quién?”.

Y ahí falló Rafa. Cayó en la trampa del jugador del Barça, Couto, quien se fue al suelo sin que nadie le tocara, y menos aun el presunto agresor del Zaragoza. Un desastre. Desde entonces, para él nada sería igual. El error decantó el partido a favor del Barcelona y provocó una extraordinaria polémica arbitral, sobre todo porque iba acompañada del documento sonoro. En ese momento, este leonés nacido en i963 se hacía famoso. Pero su violenta irrupción en el fútbol casi le cuesta la carrera y algo más.

Tras el partido pasó una semana infernal. Acosado por los medios y por las cientos de amenazas de muerte de hinchas enojados, llegó a escribir la carta de renuncia al arbitraje. Tuvo escolta policial durante tres días, algunos periodistas metían micrófonos en su casa, sus hijos tuvieron que dejar de ir a clase… No le merecía la pena seguir. La tranquila vida que llevaba en Trobajo del Camino, a tres kilómetros de León, se veía sacudida por el brutal impacto mediático del fútbol.

Apoyo familiar. Su mujer, Merce, le animó a seguir. Ella, futbolista en activo a pesar de sus 41 años, no podía permitir que Rafa abandonara cuando más alto había llegado. El estamento arbitral apoyó al perseguido juez de línea y pasó el temporal. Pero entonces le dejó de gustar el fútbol. “Me gusta como deporte, pero no todo lo que le rodea. Me asquea”, dice ahora, doscientos partidos después de lo de La Romareda. Sorprendentemente, su carrera se lanzó desde aquel momento. Le hicieron internacional poco después y comenzó a afianzarse como uno de los mejores árbitros asistentes –esta es la denominación oficial que reciben los linieres– de España. Estuvo en la última Eurocopa y espera jubilarse habiendo participado en el Mundial de 2006.

Sin embargo, en nueve años de trayectoria en Primera División, ha atraído los focos en más ocasiones y con dispar fortuna. Su banderín alzado al cielo, reclamando la atención del colegiado principal, es una imagen clásica ya del fútbol nacional. La pasada temporada, en la Copa del Rey, incluso se atrevió a expulsar a Zinedine Zidane, calificado por muchos como el mejor futbolista del mundo. Su fama de exquisito consejero le ha hecho ser más popular que la mayoría de sus colegas de profesión, sobre todo ahora que ha protagonizado un anuncio publicitario de Renault. Es el primer miembro del colectivo arbitral español que participa en un spot, rompiendo moldes en un gremio oscuro y cerrado. Sólo el colegiado italiano Pier Luigi Collina había hecho algo similar. Y su proyección pública no va a quedar aquí. Ya prepara una página web, le han propuesto grabar un vídeo musical con sus paisanos de Café Quijano y madura un libro.

Publicará la obra cuando se retire, dentro de tres años. Anuncia que sacará a la luz la parte más sucia del fútbol. “Los árbitros tenemos que permanecer callados mientras todo el mundo habla de nosotros. Ya es hora de que alguien cuente lo peor de este negocio, de todos esos que nos acusan permanentemente”, advierte, sin querer entrar todavía en detalles.

Como otros compañeros, reivindica la profesionalización del arbitraje. No entiende que ellos, que ponen ley en este millonario espectáculo de masas, queden al margen de los beneficios. Un linier se embolsa algo menos de 500 euros por partido, una cantidad que obliga a tener otra dedicación. “Cómo vas a preparar bien un partido si el día antes te tienes que levantar a las siete de la mañana para trabajar”, se cuestiona.

Su incursión en la publicidad ha provocado recelos entre algunos de sus compañeros y afiladas críticas de parte de la prensa deportiva, que le acusa de un excesivo afán de protagonismo. “Me da igual lo que digan”, responde. Aceptó la propuesta de Renault porque deseaba donar el dinero que obtuviera para el Tercer Mundo. Los más desfavorecidos son su obsesión. Esta vez será Médicos sin Fronteras quien reciba los 2.500 euros que ha ganado haciendo de actor. La participación con organizaciones sociales ocupa el poco tiempo libre que le deja el fútbol y su trabajo en el colegio.

Desde que estuvo en Nigeria arbitrando en la Copa de África de 2000, envía regularmente material deportivo a instituciones educativas de Lagos. “Aquel viaje cambió mi vida. Te das cuenta de lo poco que vale la existencia de algunas personas”, relata emocionado. Él mismo lo pasó muy mal en un partido en aquella competición, cuando se le ocurrió expulsar al capitán de la selección anfitriona en un cruce decisivo. “Allí sí que temí por mi pellejo”, confiesa antes de relatar la carga de caballería que se produjo en la pista de atletismo del estadio tras su dictamen. Esa noche le tuvieron que cambiar tres veces de habitación para evitar un asalto de los iracundos seguidores. Hace memoria sin rencor, acostumbrado ya al oficio de riesgo que escogió. Él sabe lo que es despertarse de madrugada con una llamada que le anuncia que va a morir o desayunar con una pintada amenazante en la fachada de su colegio. En la banda cierra sus oídos ante los improperios de la grada y esquiva los objetos que le lanzan.

Con los pobres. La implicación del juez de línea con las causas humanitarias comenzó hace más de 10 años, cuando descubrió los campos de refugiados del Sáhara. De Tindouf, al sur de Argelia, rescató al pequeño Jalil, quien desde entonces vive en régimen de acogida con su familia. La causa saharaui le enciende. “Es una vergüenza que se permita que aquella gente viva en mitad del desierto, en barracones. Son apátridas, cuando antes eran de los nuestros”, asegura, recordando la pasada vinculación española con la zona. También ha apadrinado a una niña peruana de Cochabamba. Su siguiente objetivo es inaugurar en León una oficina de la organización Pequeño Deseo, que atiende a niños enfermos crónicos o terminales.

Es un tipo sensible, peculiar, que obedece con disciplina las indicaciones del fotógrafo. Se aplica aunque pegue el frío leonés a campo abierto y él esté descalzo, en pantalón corto y tenga que vigilar desde la banda un Málaga-Real Madrid pocos días después. Escribe poesía en su pequeño cuarto de conserje rodeado de banderines de clubes de fútbol. Colgado de la pared, tiene un mapa del mundo en el que ha señalado las 60 ciudades de 46 países distintos donde ha estado. Y en el lado opuesto, una gran fotografía de su paraíso soñado, la isla de Alphonse, a 1.000 kilómetros de la costa tanzana.

Como hace Max, el taxista de Collateral, la última película de Tom Cruise, cuando viaja imaginariamente a la playa de una postal, Rafa se va de vacaciones a la paradisiaca isla cuando el agobio le vence, cuando no puede poner la televisión porque le repetirán una y otra vez su error. “La soledad del árbitro es terrible”, se lamenta. Buen conversador, lo único que se reserva es el gran secreto de los árbitros: su equipo favorito. No se moja, pero reconoce que todo el mundo tiene unos colores. Él también.

ATHLETIC - SEVILLA Ya viene de atras la amistad de Rafa con los vascos

El Sevilla a punto estuvo de dar la sorpresa en su visita a la Catedral ante un Athletic que se puso por delante en el marcador y que dominó el primer periodo, pero que perdió los papeles en la segunda mitad y que terminó pidiendo la hora y agradeciendo a Rafa Guerrero, el famoso línea del 'penalti y expulsión', la señalización de un dudoso fuera de juego sevillista que culminó en gol, pero que fue anulado por Rodríguez Santiago.



BETIS MALLORCA 16-12-2001

FINAL DE PRIMERA PARTE Primeros 45 minutos bien trabajados por el Mallorca hasta que Iturralde pita un penalti injusto a instancias de su auxiliar en la banda, Rafa Guerrero. Por el equipo de Kresic, destacar la labor de Engonga en el centro del Campo y por el Betis, la dirección de Ito, Benjamín y, sorprendentemente, Rafa Guerrero

Minuto 48 Los jugadores se quieren comer al juez de línea, Rafa Guerrero, el mítico Rafa

Minuto 47 GOOOOOOOOOLLLLLLLLLL DE JOAO TOMAS. PENALTI INJUSTO

Minuto 45 Iturralde pita un penalti a Niño por tocar el balón con la mano que sólo ha visto el juez de línea. Creo sinceramente que no ha sido

y muchos mas tracas como el penalty y expulsion (no me jodas rafa) un Real Madrid Valencia...Este tio me parece un mamon, lo unico que busca es protagonismo y lo de ir de solidario...pues una falsedad, si ayuda al tercer mundo no hace falta que lo pregone por ahi, si tanta mierda que dice que hay en el futbol que se vaya ya...que hara un gran favor a todos y encima el tio este es internacional

Como que yo vivo en Trobajo. Me voy a currar ya mismo; a ver si me entero y voy esta tarde a verle con la camiseta del Racing...

De hecho viene la opcion de mandar regalo... le podemos escribir una carta con algun detalle.

Este post le he escrito yo, una confusión.

Castro2, has borrado mi respuesta, que era bastante conciliadora, sólo hablaba de la pegatina; podías haberme editado también

Por Dios, que esto es fútbol, ¿dónde vamos a llegar??
Por cierto, datos totalmente confirmados por una fuente totalmente fidedigna: es el conserje del colegio, y le va tan bien de árbitro y conserje que no sólo tiene el X5, tiene otros 2 BMW, no sé qué modelos exactamente, pero no son precisamente el 316 ti Compact... Vamos, que entre el "sueldazo" de conserje, el de árbitro, y lo que le deben untar bajo cuerda por robar los partidos... Pues así vive el amigo.