Aunque insiste en que no se pretende causar alarma y en que se va a hacer «todo lo que se pueda» para evitar un desenlace tan negativo, el presidente de la Gimnástica, Abel Fernández, no descarta que la directiva que encabeza pueda verse obligada a tener que declarar la quiebra del club en el año de su centenario.

El S.O.S., nada nuevo en la Gimnástica, ya que los problemas económicos han sido una constante desde hace tiempo, y la repetición de una posibilidad que ya esbozó la actual directiva hace dos temporadas (disolver la entidad para, con otro nombre, empezar de cero y sin deudas desde regional) surge a raíz de un nuevo acontecimiento que maniata su viabilidad económica: un embargo de la Seguridad Social, de las cuentas y subvenciones, hasta cubrir una deuda de 458.902,84 euros por cotizaciones no pagadas en su día por los ex jugadores Chili y Antonio Fernando. La prueba evidente de que el embargo va en serio es que el Juzgado de lo Social de Santander ya ha designado un Administrador Judicial. Ante esta situación, la junta directiva ha decidido aplazar la toma de decisiones respecto a la planificación de la nueva temporada, hasta ver si se encuentra una solución. En total, incluidos los 458.902 euros que han originado el embargo, la deuda de la Gimnástica asciende en la actualidad a 1.170.000 euros.

Instituciones

La Seguridad Social le reclama a la Gimnástica esta cantidad después de que la Mutua Asepeyo haya derivado al club, vía judicial, una responsabilidad que en un principio se vio obligada a asumir. Y la imposibilidad, por el embargo, de disponer de la liquidez necesaria para afrontar los gastos que requiere un equipo para luchar con garantías por el ascenso a Segunda B, ha llevado a la directiva a movilizarse, llamando a las puertas de las instituciones en busca de soluciones que eviten la disolución del club.

La primera medida ha sido solicitar reuniones con los portavoces de los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Torrelavega: «Queremos que sean partícipes de que uno de los principales patrimonios deportivo, cultural y social de la ciudad puede desaparecer», explica Abel Fernández, quien no oculta que lo que necesita la directiva es «mucho apoyo económico y moral». Y es que, para el levantamiento del embargo, ha de abonarse a la Seguridad Social más del 50% de la deuda, condición indispensable para que este organismo se avenga a negociar el pago aplazado del resto.

«Es una pena que nos encontremos con este bloqueo justo cuando lo teníamos todo encauzado para continuar», se lamentaba ayer el presidente, en alusión a que en agosto de 2006 se había conseguido liquidar con la Seguridad Social una deuda 'histórica' próxima a 300.000 euros. Abel Fernández insiste en que la continuidad de la Gimnástica, con su actual nombre y en Tercera División, pasa necesariamente por lograr la implicación de las instituciones en cuanto a apoyo económico y de mediación ante la Seguridad Social para el desbloqueo del embargo. «Estamos a la expectativa de lo que pase para planificar la temporada, en lo que no obstante se está trabajando, y la directiva va a hacer todo lo que pueda y esté a su alcance para evitar la liquidación del club».