EL JUGADOR DEL BARCELONETA FUE GOLPEADO CON UN BATE DE BÉISBOL

Borja Hernández fue salvajemente agredido por un rival

JAVIER ROMANO. Madrid
Los dos goles que marcó Francisco Fernández en la semifinal de la Copa del Rey de waterpolo que enfrentó a su equipo, el Atlètic Barceloneta, con el Sabadell los celebró señalándose con rabia el hombro izquierdo. Iban dedicados a su compañero de piso, el también madrileño Borja Hernández (21 años), que presenciaba el partido desde la grada. A él le impedían estar en el agua un brazo en cabestrillo, la espalda contracturada y una fisura de la escápula izquierda, secuelas de una brutal agresión sufrida el pasado miércoles a cargo de un jugador del Sant Andreu, el cubano Orlando Rafael Pez.

El desencadenante fueron un par de entrenamientos conjuntos que realizaron el lunes y el martes los equipos del Barceloneta y del Sant Andreu, en los que se produjeron roces entre algunos jugadores. “Hubo leña, pero ni más ni menos que en otros entrenamientos”, asegura el técnico del Barceloneta, Santiago Fernández. Pero en el del martes Pez perdió los nervios y le propinó varios puñetazos en la cabeza a Borja, que reaccionó soltando una mano “con tan mala suerte que le di en la boca y le tuvieron que poner dos o tres puntos en un labio”.

Ahí pareció quedar el asunto. “Lo que pasa en la piscina se acaba dentro. Nos podemos dar unos golpes pero casi todos somos amigos y luego nos tomamos algo en el bar”, razona Borja el código que rige en su deporte.

24 horas después
Pero el jugador cubano, con pasaporte español, se dedicó a preguntar a otros compañeros por el domicilio de Borja. Nadie se lo facilitó y se presentó al día siguiente en las instalaciones del Barceloneta provisto de un bate de béisbol oculto en una mochila. A las 12 de la mañana Borja llegó para entrenarse. Conducía su moto y vio a Pez esperándole en el aparcamiento. “Intenté esquivarle pero no me dio tiempo y de un porrazo me tiró de la moto. Según intentaba levantarme del suelo me dio otro golpe en la espalda que rompió el bate”, explica el joven jugador. “Gracias a Dios que llevaba el casco puesto porque me gritaba que me lo quitara y me intentó meter el bate astillado por la cara”. La visera cerrada lo impidió. Se levantó como pudo y buscó escapatoria en el restaurante del club. Pez le siguió e irrumpió en la cocina, rompiendo platos y lo que encontró por su camino. Tres cocineros le redujeron. Antes de abandonar el lugar recogió los dos trozos del bate, los metió en la mochila y se marchó.

“Nunca me he visto en una semejante. Te mueres del dolor y no sabes cómo reaccionar”, confiesa la víctima, que una semana después sigue medicado con antiinflamatorios y calmantes. Su club llamó a la Policía, que tomó declaración a los testigos y fotografió el casco destrozado, “con astillas clavadas en la espuma”, abunda el entrenador del Barceloneta. Borja fue llevado a un hospital donde se le diagnosticó una fisura de la escápula izquierda, que le mantendrá inactivo unas cuatro semanas. Luego presentó denuncia en comisaría.

¿¿¿Le rompió el bate en la espalda???una de dos o el bate es como los que usan en las pelis o este muchacho tiene la espalda como un toro, que bestia.

¿Cabrón¿? Psicópata asesino el hijo puta.