#1• Claudio Loiodice | Santander.- Quiero iniciar mi relato describiendo la parte más bonita, Cantabria, Santander, el Racing. Aquel día en Manama, un 27 de enero de 2011, en las lujosas oficinas de WGA, Omer Khan me dijo que la empresa había adquirido un equipo de fútbol de la Liga Española. Yo, como ya he comentado anteriormente, no he sido nunca un experto en el mundo del fútbol ni conozco ni siquiera todos los equipos de fútbol italianos. Me costó entender lo que quería decir Omer, puede que porque mi inglés no es muy fluido o porque el acento de mi interlocutor es un tanto extraño, fuertemente marcado por su origen pakistaní. Ni siquiera la intervención de mi fiel asistente Roberta, experta en comunicación anglosajona, resolvía el problema, por lo que le convencimos para que nos escribiera el nombre del Club en un folio. Me enteré de que era el Racing de Santander. Nunca había estado en Santander por lo que cuando llegué al hotel eché un vistazo rápido a las noticias sobre la ciudad. Me venía a la cabeza los escritos de César La guerra de las Galias y la batalla de Lérida. Los marineros cántabros, expertos, guerreros y luchadores valientes. El libre comercio y los privilegios concedidos por las dinastías de los Alfonsos, en concreto de Alfonso X y Alfonso XI, acentuaron en los cántabros un sentido agudo para el comercio. Al día siguiente, a petición de aquel hombre que hasta hace poco creía era un amigo fraternal, como él tenía la costumbre de llamarme, me dirigí directamente a Santander, sin pasar primero por Turín, sin ver a mi familia, ya que Alí me había informado de que en pocos días se firmaría el contrato y que mi presencia era indispensable. La gente caminaba por la calle con estilo y elegante, la ciudad estaba perfectamente tranquila y ordenada. Hospedado en el Hotel Real, que rezuma historia, todavía no le había dicho a nadie por por qué estaba allí: quería disfrutar de una vida normal antes de que la cambiara Ali, a sabiendas de su excentricidad, me imaginé que la rutina de la ciudad se verían alteradas. Quería evaluar las medidas de seguridad en el estadio 'El Sardinero', acompañado por algunos de mis colaboradores, preguntando a algunos empleados si podía visitarlo: me dejaron hacerlo sin ningún tipo de preguntas. Estaba claro que eran gente amable, hospitalaria, pero sin ninguna precaución en cuanto a la seguridad. Me dí cuenta de que había mucho que hacer, debía acompañar a un personaje ecléctico, de cultura y religión diferentes, aparentemente riquísimo. No se daban las condiciones de seguridad que considerábamos necesarias y, de acuerdo con Omer Khan, decidí emplear a cuatro mis colaboradores expertos en seguridad y logística. Debía alquilar coches con conductores que tuvieran una amplia experiencia y conocimiento de la zona, había que reservar las habitaciones de hotel y organizar la estancia del magnate; se tuvo que contratar una escolta. Me dí cuenta entonces de cuál podría ser el impacto en la economía local de un presunto magnate, o lo que sea. El club estaba atravesando un momento de crisis y la deuda le llevaría pronto a la quiebra económica, pero de repente se había evitado gracias al señor Alí Syed, creo que a través de Credit Suisse, que había dado esperanza no sólo los accionistas, sobre todo los aficionados. La llegada de WGA habría provocado la creación de puestos de trabajo. Sólo para la seguridad y la logística se estimaba una contratación de 10 empleados; el alojamiento y la alimentación habría aumentado también el número de empleados en las actividades de alojamiento y restauración. Además de para Ali, Santander pronto se convertiría en un destino para muchos profesionales, desde comunicaciones hasta el marketing, desde corresponsales de los periódicos, a los simple turistas, procedentes de India y Oriente Medio. Muchos participarían en el nuevo fenómeno del fútbol y de los medios de comunicación. Mi empresa y su desarrollo siempre han sido mi compromiso único, mi pasión, y yo era feliz, estaba emocionado por haber tenido la oportunidad de estar entre los protagonistas de esta aventura que parecía positiva. Según iban pasando los días me daba cuenta de que aquel hombre, el Sr. Alí, aún con defectos, era en el fondo alguien brillante, con gran capacidad empresarial, que había sido capaz de hacer crecer una fortuna de la familia, al menos según lo que dijo; básicamente para él suponía comprar un juguete nuevo, pero ese juguete le estaba dando muchas oportunidades para crecer, incluso para mí y mi empresa. Tal vez esta ilusión, ahora creo orquestada por un mago, provocó que mis defensas naturales se redujeran. La euforia entorno al nuevo proyecto me hizo superar este momento difícil, uno de los más feos de mi la vida, cuando fui el protagonista involuntario aquella noche del 12 de Febrero. No quiero hablar de esa noche ahora, porque podría debilitar mi posición ya fuertemente comprometida, pero, como un hombre cristiano y ex agente de policía, así como un experto en relaciones sociales, puedo sólo decir que he comprendido las condiciones y el comportamiento de los agentes que me detuvieron y espero que la experiencia haya sido educativa para ellos. Estoy seguro de que lo será cuando concluya el proceso. ¿Quién es Alí? Hasta el mes de marzo de 2011 nadie hubiera imaginado el escenario actual, de hecho, las perspectivas eran excelentes. Estaba claro que Alí tenía socios mucho más poderosos que él, como él mismo afirmaba. He leído en los periódicos que se refiere a la familia real de Bahrein, y puedo decir que Ali a mí me lo había confirmado y me dijo que debería reunirse con los diplomáticos de Bahrein en Madrid para ponerse de acuerdo sobre la seguridad de la visita real para el partido que el Racing de Santander debía jugar contra el Real Madrid. Durante mi última visita a Bahrein el pasado 26 de marzo, pocos días antes del viaje de Francisco Pernía, me di cuenta de que no era cierto: la familia Al Khalifa Al no tenía nada que ver con la WGA, y no pudo ser de lo contrario, ya que algunas acciones de WGA, no resultaban en el sector financiero, tras los últimos acontecimientos, éticamente correcto, y no es concebible que las personas de ese rango fueran los responsable de la mala gestión empresarial. Ese día en Manama vi a Ali totalmente alterado, cansado, fuera de forma. Hay que decir que la situación en Bahrein es muy difícil, pero a pesar de mi consejo, derivado de un cuidadoso análisis geopolítico, Alí se negó a abandonar el país, e incluso esto no era comprensible. En mi impresión creo que, antes de que estallara la crisis allí, Alí hacía demostraciones de ser un magnate, la misma impresión que habían tenido los políticos de Cantabria y los dirigentes del club. Nadie podía predecir lo que sucedió entonces y lo sentimos por la repercusión política que está afectando tanto a Miguel Ángel Revilla como a Iñigo de la Serna, cuyas conductas y acciones han sido, sin duda, siempre a favor de a la comunidad y no a nivel personal. La llegada del 'magnate', por lo que se reveló, habría sin lugar a dudas traído beneficios a Cantabria. No se puede culpar a los políticos por negligencia en la valoración, no había razones para no considerar a Alí un inversor fiable gracias a la capacidad de 'ilusionista' que ha demostrado, sin evitar la demostración pública de su excéntrica extravagancia. Tengo en cambio un interpretación bastante diferente de la figura de Francisco Pernía, quien también fue sin duda de buena fe, pero, a diferencia de los políticos, obviamente interesado, como obviamente lo era yo, por supuesto, defensor al último extremo de la figura, ya no tan defendible, de Alí. Lo que no entiendo es por qué Francisco Pernía ha mostrado un documento de transferencia de dinero, que después ha resultado evidentemente falso, a los jugadores; así, aunque probablemente lo haya hecho de buena fe, creo que ha sido una ligereza por su parte, pero confío en su honestidad, que admiro y de quien he recibido consuelo en tiempos difíciles. Y ha sido él, junto con su hijo Pablo, Alberto Aparicio y Roberto Bedoya quienes me sacaron de la Comisaria de inmediato para acompañarme al Hospital para que recibiera atención médica. Quiero aclarar que, si él (Alí Syed) es un ladrón, y esto lo debe decidir el tribunal al cual me he dirigido, es sin duda el mejor del mundo, pero quizás también más estúpido, ya que su farol, si es que ha sido así, ha durado sólo dos meses, sin aparentes beneficios económicos importantes. Me pregunto, si esto es una estafa, cuál era el objetivo final. No creo que fuera el Racing de Santander, tendría que ser algo más rentable. Concluyo con la esperanza de que el Racing, la ciudad de Santander y Cantabria puedan salir de esta pesadilla y estoy seguro de que las fuerzas honestas no nos faltarán y que le harán olvidar pronto, y con la ayuda de Dios, volver a ganar en todos los campos. Atentamente, Claudio Loidoice |
#2• este tio deja mas incognita que otra cosa: "me di cuenta de que no era cierto: la familia Al Khalifa Al no tenía nada que ver con la WGA, y no pudo ser de lo contrario, ya que algunas acciones de WGA, no resultaban en el sector financiero, tras los últimos acontecimientos, éticamente correcto, y no es concebible que las personas de ese rango fueran los responsable de la mala gestión empresarial." la releo y no la entiendo. dice "Francisco Pernía, quien también fue sin duda de buena fe, pero, a diferencia de los políticos, obviamente interesado" me esta diciendo que los poiticos no tienen ningun interes¿? "Alí se negó a abandonar el país, e incluso esto no era comprensible". pues quiza sea lo unico comprensible. si huyes con que cara vas a volver luego cuando todo se tranquilice; es mas , en el futuro ya le agradeceran que se haya quedado para dar una sensacion de tranquilidad en la revuelta. "Quiero aclarar que, si él (Alí Syed) es un ladrón, y esto lo debe decidir el tribunal al cual me he dirigido" entonces que es?, que ha denunciado a ali en un tribunal? por qué? impago? "Francisco Pernía ha mostrado un documento de transferencia de dinero, que después ha resultado evidentemente falso" seguro que falso? FALSIFICADO POR QUIEN? PERNIA ? ALI?. que prubas tiene de que es falso? porque puede emitirse una trasferencia, y luego por x motivos q no se llegue a realizar,ej. cancelacion. es una acusacion grave. y lo mas importante. queien es este tio para emitir un comunicado y con que intencion? |
#3• Como lo que denuncia este tio sea verdad... cuidadin a la que se avecina |
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#5• Yo entiendo que ha denunciado a Alí, pero no especifica el por qué... me imagino que sea porque no le ha pagado sus servicios. |
#6• Otro mas, que mal huele. (Pernia tienes tu algo que ver con esto? ) |
#7• Las nuevas oficinas del Racing |
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#9• http://www.marca.com/2011/08/02/futbol/equipos/racing/1312296672.html CONFIRMADA POR LA AUDIENCIA DE CANTABRIA La condena de 7 meses de cárcel al jefe de seguridad de Alí Syed es firme
EFE 02/08/11 - 16:51. El jefe de seguridad del dueño del Racing de Santander cuenta con una condena firme de siete meses de cárcel y multa, porque la Audiencia de Cantabria ha confirmado la pena que le impuso un Juzgado por el incidente que protagonizó con la Policía tras un partido entre el club cántabro y el Sevilla. El Juzgado de lo Penal número 2 de Santander condenó a Claudio Loiodice, por el altercado que tuvo en las cercanías del estadio de El Sardinero con unos policías que estaban formando un dispositivo después del partido que enfrentó al Racing y al Sevilla el pasado 12 de febrero. El Juzgado de lo Penal condenó al jefe de seguridad de Ahsan Alí Syed por un delito de resistencia y una falta de lesiones y le impuso siete meses de cárcel y el pago de una multa de 1.200 euros. Además, Loiodice fue condenado a indemnizar a uno de los policías con los que tuvo el altercado con 150 euros por un manotazo que propinó el escolta a ese agente. Los hechos ocurrieron cuando, al tratar de rebasar el cordón policial, Claudio Loiodice empujó violentamente de forma reiterada a un agente y, como este no le permitió el paso, le hizo lo mismo a otro hasta en dos ocasiones. Siete meses de cárcel y 1.200 euros de multa El fallo añade que en el traslado a dependencias policiales el acusado mantuvo "oposición" a la acción de los agentes con insultos y descalificaciones. Loiodice se enfrentó a un juicio rápido y, tras ser condenado, su letrado presentó ante la Audiencia un recurso en el que demandaba la anulación del fallo por falta de imparcialidad y porque, a su juicio, se había vulnerado su derecho a la tutela judicial efectiva. |
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