#1• A propuesta de la sita se abre este hilo para que todo aquel forero que lo desee escriba un relato, historia y/o poesía bien sea real o ficticia y relativa al centenario de nuestro Real Racing Club de Santander. Utilizad este hilo sólo para colgar las historias, para comentarlas utilizad el otro, de esta manera aquí estarán limpios y ordenados para que los tengan a mano en el bicentenario. |
#2• No hay palabras que puedan describir lo que vivimos el sábado pasado, pero intentaré plasmarlo de la mejor manera posible, para que aquellos que no han podido vivirlo, se hagan una idea de lo que fue. El sábado, fue uno de estos días, que todo racinguista recordará por mucho tiempo, sobre el que contaremos anécdotas dentro de muchos, muchos años... Bien es sabido que el racinguista, no necesita de títulos para disfrutar, para sentir al Racing... pero lo del día del centenario fue un paso más allá. En los malos tiempos en los que nos encontramos, por el secuestro de nuestro viejo Racing, por la mala situación económica (tanto en el club, como en el páis en general), con el equipo en 2ª división y en descenso a 2ª B... no necesitamos más que el recuerdo para trasladarnos a la multitud de vivencias que el viejo Racing nos ha dado a lo largo de sus 100 años de historia. El gol de Pineda en Sarriá, el empate sin goles en la vuelta... el gol de Moratón, la celebración del ascenso... el paso de lo más bajo a lo más alto ante el Osasuna, el gol de Antoñito, las lágrimas de Nando... el "2-0 en el Sardinero", el gol de Munitis, el gol de Casquero, las lágrimas, y el agradecimiento al equipo,... la espera de una hora, el gol de Bolado, la clasificación para la UEFA... miles de momentos, históricos, importantes,... y los que sin serlo tanto, te marcan. Mi primera camiseta del Racing, con su escudo cosido a mano, con su número 10 pegado a la espalda. El empate a 4 con el Albacete, que mientras lo escuchaba por la radio, daba vueltas sin parar en mi cuarto, sudando literalmente, después de estar 45 minutos sin parar. El primer partido en el Sardinero de mis sobrinos. Los partidos ante el Athleci. Mi primer partido nocturno, que resplandor, que grandioso... Los inumerables viajes, cada uno con sus anécdotas y con sus vivencias... Pararte a pensar y darte cuenta de que eras racinguista antes casi de tener conocimiento alguno. Aquellas colecciones de cromos, en las que el único objetivo era tener a todos los racinguistas... El Racing es capaz de hacerte llorar de alegría y de tristeza. El Racing es capaz de hacerte sentir campeón del mundo, con tan solo una victoria ante el Mirandés, mientras estás en descenso a 2ª B. Los 10.000 del sábado, gritamos como el estadio lleno en los acensos, en las semifinales de Copa, en la UEFA, en los partidos por la permanencia... hicimos la ola como nunca la recuerdo, llenamos la Gradona como nunca... La alegría del sábado, no era solo por los recuerdos de 100 años... la alegría del sábado era también porque la esperanza se viste de verde, de verde Racing, y porque por primera vez en muchos meses, se que este equipo nunca morirá! |
#3•• Tenía la mirada verde. Una mirada lejana, perdida en tiempos mejores , teñida por el cansancio, la vejez, la humillación no entendida, la nostalgia de las gradas llenas, de la tribuna de madera...Tenía tanto dolor que sólo pensaba en el alivio que sentiría si le permitieran descansar de una vez; dejar de ser. Al fin y al cabo sería un momento, un suspiro, luego vendría la paz, la quietud, el honor al que se fue...sensaciones que hacía años que no sentía. Se convenció de que si se dejaba ir sería fácil, no oponer resistencia, esperar, sólo esperar. Se giró desde la lentitud y la agonía de sus cien años y vio, como en un sueño, un niño de unos cinco años vestido con sus colores, agitando su bandera, con esa mirada que solo tienen los que empiezan a vivir. Iba de la mano de su padre, y detrás venían más, cientos, miles. Gritaban su nombre y lucían orgullosos sus colores. Se sentó en lo que había sido su viejo córner y lloró. Cogió fuerzas. Aún no, aún el sur no soplaba lo suficiente como para marcharse. Escuchó con una sonrisa el Ra Ra Ra y se levantó. Enjuto. Respetable. Viejo. Con 100 años a sus espaldas aún le querían. Todos tenían la mirada verde. Como él. |
#4•• - ¡¡¡ Abuelitooooo!!! - ¿Qué tal está mi nietuco? ¿Qué tal llevas el día? - Estábamos esperándote - Bien, pues ya estoy aquí ¿falta alguien? -No papá, ya estamos todos, mamá llegó hace un rato y está en la cocina acabando de prepararlo todo con Miliuca, ¿Qué tal si entre nosotros tres ponemos la mesa? - De acuerdo, guarda esto para los postres, tuve que ir por casa a recogerlo, no me fiaba de ti. -¿No será ? - Será lo que tenga que ser! - ¿Qué es abuelito? ¿Qué es? ¿Qué es? -Shhh hasta los postres nada, tendrás que tener un poco de paciencia. La comida fue transcurriendo con toda normalidad, entre risas, anécdotas familiares, alguna pequeña discusión y alguna que otra tomadura de pelo, resumiendo, como cualquier cumpleaños celebrado en familia. Hasta que llegaron los postres, un alma cándida estaba como loca por abrir sus regalos; pero no tanto como un viejo de cuerpo que no de espíritu, al que la vida le hizo un regalo que jamás llegó a imaginar, el nacimiento de su único nieto el mismo día en que el equipo de sus amores disputó su primer partido, aquel día hace ya 10 años el abuelo sentenció: Ahora si que me puedo morir tranquilo, ya lo tengo todo. Después de los regalos de papá, mamá y la abuela; mientras todos disfrutaban del café y de esa deliciosa tarta de galletas a la que sólo la abuela sabía dar ese toque tan especial e inimitable, llegó el turno del regalo del abuelo, ese que siempre sorprendía al pequeño de la casa, siempre lo prefería a los juguetes de papá y mamá o los caprichos y ropa de la abuela. - ¿Qué es tu regalo abuelo? ¿Qué es? Ante la mirada atónita y decepcionada de Enrique, el abuelo saco un sobre del bolsillo de su camisa, el niño no se esperaba eso, jamás su abuelo le había decepcionado con un regalo en su corta existencia. - Jooo abuelitooo ¿que es eso? con eso no podemos jugar - Primero ábrelo y después me dices si te gusta o no ¿no crees? - Perooo y laaaa - Ábrelo Después de abrir el sobre, Enrique sólo pudo apreciar 5 trozos de papel, no sabía muy bien que pensar, no entendía nada; por lo que ante la ingenua e incrédula mirada de su nieto, el abuelo preguntó: - ¿No sabes lo que es? - Noooo - ¿Quién cumple años el mismo día que tú Quiqui? - ¡¡¡ EL RACING !!! - Pues esta tarde vamos a ir todos a El Sardinero, a ver a nuestro Racing, hoy cumple 150 años, recordaremos el día que tu abuela y yo celebramos su centenario. - ¡¡¡ BIEEEEEEENNNN !!! Los gritos del pequeño de la casa se entremezclaron con la explicación de su abuelo. Quique comprendió que aquellos 5 papeles inútiles e inservibles en un primer momento, servirían para que toda la familia acudiese a ver el encuentro que el Racing disputaría esa misma noche contra el Real Unión de Irún; para el resto del planeta un partido intrascendente, pero para la familia verdiblanca era una celebración en toda regla, a la altura de los festejos por la consecución de una copa del mundo; comenzaría a las cinco de la tarde con una reunión de miles de seguidores racinguistas en la Plaza de Pombo, lugar que fue origen de los comienzos del identificativo de la región, seguida de múltiples actos organizados al unísono entre la directiva y la afición, los cuales culminarían con el partido de fútbol a las diez de la noche en un inesperado y caluroso sábado de Febrero. Tras la algarabía inicial, el pequeño Quiqui se percató de aquella enorme caja envuelta en papel de regalo con rayas verdiblancas y engalanada con un precioso lazo negro azabache, su padre lo miraba con envidia infantil; esa caja había despertado del letargo el Peter Pan que todos los hombres luchan diariamente por ocultar, pero el cual saben que jamás les abandonará. El abuelo estaba disfrutando del momento, volviendo a ver en su hijo esa mirada infantil que tanto le gustaba y observando en su nieto la inocencia propia de su edad. - Ábrelo, sé que lo estas deseando, y tú enano vete a ayudarle que tienes más ganas que Quiqui. Padre e hijo abrieron el regalo con más emoción que en una noche de Reyes y al descubrir su contenido ambos se quedaron perplejos y dijeron al unísono - Abuelito es es es la caja de la pasión!!! - Papá ¿pero cómo ? - Ha llegado la hora, creo que es el momento de que sea vuestra. Tras el papel de regalo se escondía una enorme caja verde, como los prados de Cantabria, repleta de periódicos, revistas, libros, camisetas, bufandas, banderas, cromos, entradas, fotos, en definitiva un sinfín de recuerdos. Cada vez que el abuelo abría la Caja de la Pasión como él siempre la llamaba indicaba a su vástago o a su nieto que cogiese un objeto al azar, y a través de el relataba una historia real como la vida misma llena de sentimiento, pasión y añoranza, como él siempre decía Estos objetos son la única manera de que alguien pueda llegar a entender una pasión inexplicable - Quique, a partir de hoy la caja de la pasión es tuya, entre tú y papá cuidareis de ella, él se sabe las historias tan bien como yo, y además mi memoria ya no es la que era, así que ahora seréis vosotros quienes la disfrutéis. Las palabras que siguieron a las dedicadas al pequeño de la casa fueron tanto para su hijo como para su nieto. - A cambio sólo os voy a pedir una cosa, sé que amáis al Racing tanto como yo, pero a lo largo de 85 años he visto muchas cosas raras e increíbles, así que nunca se sabe, por lo que os pido es que nunca, jamás traicionéis al Viejo Racing ¿de acuerdo? No hizo falta que nadie contestara, la mirada cómplice de los tres hombres de la familia bastó para que el abuelo certificara que su voluntad sería llevada a cabo hasta las últimas consecuencias. Por desgracia, aquel fue el último cumpleaños del pequeño Quique y de su Racing que el abuelo pudiera celebrar, pero la semilla había echo algo más que germinar la planta había arraigado y crecía con fuerza. Doce años más tarde de aquella comida, un moreno y espigado joven con el número 13 a la espalda, aquel cuyo significado le enseñó su abuelo, marcaba una fría noche de febrero el gol de una mítica remontada racinguista que llevaría al Racing de Santander a la primera final de la Copa del Rey de su historia. Por fin se hacía justicia con la entidad verdiblanca, la primera para tantas cosas y la última para muchas más. Cuenta Quiqui a todo aquel que le quiere escuchar, que nada más golpear el balón sabía que era gol, el gol de la lágrima que llamaron las crónicas, que no necesitó mirar a portería; no sabía cómo ni porqué, pero de repente, dejó de escuchar el clamor del campo. Mientras el Fondo Norte y La Gradona de los Malditos estallaban de alegría y júbilo, él sólo oía otro clamor: en la tribuna más alta y poblada de El Sardinero, jura y perjura que mientras alzaba los brazos señalando al cielo vio millones de fieles racinguistas celebrar aquel gol que no pudieron festejar en vida y que al ver entre todos ellos a su abuelo no pudo reprimir aquella lágrima que descendía por su mejilla y que tantas portadas protagonizó. Aquella final no se ganó, pero como alguien le enseño a Quiqui: ¿Quién necesita títulos teniendo esta afición? |
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Por: Koban1913, el 25/Feb/2013, 22:16 | 25/Feb/2013, 22:16 | 30 | 2k | 26/Feb/2014, 20:52 Koban1913 |